El gobierno de Donald Trump tuvo una visión simplista de América Latina: todo quedó reducido a un problema migratorio adicionado con violentos narcotraficantes, pero el presidente Joe Biden conoce bien la región Opinión de Javier Tejado Dondé
China y Estado Unidos llevan más de una década pelando influencia en América Latina y el Caribe en forma de inversión extranjera y apoyos económicos. Hay 19 países de la región –según la revista Time- que han firmado la iniciativa de infraestructura china que dispersa recursos por un trillón de dólares. Además, la pandemia ha permitido que China done equipo médico, cubre bocas y hasta vacunas a esta zona.
Ahora, México tendrá que tomar una definición entre China y EU para principios de septiembre en la Reunión Binacional de Alto Nivel. En la agenda que hizo pública el canciller Marcelo Ebrard viene el tema de “infraestructura fronteriza”. Este es en realidad una petición para que el gobierno de México deje de usar a la empresa China, Huawei, en la Red Compartida que recientemente se ha instalado en la frontera norte.
De hecho, la pugna por la hegemonía entre China y EU ha subido de tono. Cuando Panamá trató de hacer negocios relacionados con la operación de su canal, se publicaron los Panama Papers poniendo la lupa en despachos y políticos panameños, lo que llevó a acusaciones de EU a que ese país lavaba dinero. Eso tiró el acuerdo con China.
Esta será la primera vez que el gobierno de EU le dé a la 4T a elegir entre China o ellos. Para el caso Huawei, la posición que ha preparado la Secretaría de Economía es de no aceptar la propuesta estadounidense. No será un tema sencillo de procesar con EU, al ver amenazada su seguridad nacional. Muchos otros temas se pondrán en la balanza: apertura fronteriza, reglas de origen en vehículos, migración y cooperación.