Mientras otras actrices se fueron por el lado experimental, la influencer mexicana confió en el color más sofisticado del mundo: el negro.
Michelle Salas fue una de las invitadas al After Party de Vanity Fair más elegantes de toda. En una noche en la que vimos vestidos vintage de Givenchy con Jennifer Lawrence, diseños futuristas con Balenciaga y Kim Kardashian y siluetas atrevidas con Emrata y Jacquemus, la influencer mexicana apostó por lo clásico. Pero clásico no quiere decir aburrido o poco seductor, al contrario, hay algo irresistible de un cuello halter cruzado que jamás pasará de moda.
Pero en esta ocasión no se trata del clásico vestidito negro que tanto amaban esos dos diseñadores legendarios, al contrario, hablamos de una silueta de impacto, larga al ras del piso, con dos tiras para agregar volumen que salen desde la espalda.