Los espectros del pasado, presente y futuro pueden aparecer incluso en la fiestas patrias.
Para empezar, Fido había muerto. Era una noche oscura, fría y muy escandalosa de 16 de septiembre. El aire estaba cargado de pólvora y pozole, pero Escrújido Fernández se negaba a unirse al jolgorio general. Ya sus vecinos habían ido a ofrecerle tostadas de nopalitos y le habían dicho que le tocaba llevar la horchata. Pero Escrújido había decidido recluirse a ver una oscura serie sueca en Netflix, entregado a la soledad y la amargura.
Cambia la actitud, querido amo, gracias por mis croquetas, los paseos, la cobijita y…El fantasma de Fido se desvaneció. Escrújido quedó a oscuras, horrorizado por la suerte de su perrito amado. Entonces otro fantasma tocó la puerta, tan fuerte que casi la tira: venía disfrazado de López Velarde. Soy el fantasma de los 16 de septiembre pasados, le dijo, suave patria tu superficie es el maíz y esas cosas.