Una feminidad romántica con un sabor retro modernizado fue el leit motiv en en la pasarela de Blumarine.
, que es un signo distintivo de confidencialidad que da lugar a una sensualidad no ostentosa, porque oculta delicadamente la cabeza y el rostro, y especialmente los ojos, interponiendoentre ellos y el mundo exterior que blinda, protege y filtra la mirada en el contacto con los demás.
‘Al crecer consciente de sí misma, la mujer Blumarine abre su mundo a una sensualidad sin concesiones, poderosa y libre del preconcepto de lo físico, lo que lleva a la conciencia de que la seducción es ante todo una actitud’, diceUna actitud que también vemos en, que se inspiró en el gran fotógrafo de moda Helmut Newton, con una vibra sensual y al mismo tiempo romántica, hiperfemenina.